
La pandemia por Covid-19 trajo aparejados nuevos entornos laborales y modelos de interacción y vinculación. Si el mundo fuera un juego de mesa, no sólo se cambiaron las piezas, sino que de pronto se impuso un tablero inédito.
En este contexto, en el ámbito laboral y organizacional aparecieron desafíos que hasta hace un año parecían improbables o por lo menos todavía lejanos.
El ecosistema de las organizaciones se está transformando para siempre porque los sujetos que las conforman están atravesando procesos de profunda transformación.
Cambia la forma de comunicarse, de reunirse, cambian las escenas y las prioridades, los mensajes, las motivaciones, los miedos, la configuración de los equipos y junto con ellos, también los liderazgos. Y a diferencia de otros procesos de cambio, éste tiene algunas características que le son propias:
Es producido por un contexto externo (pandemia) y global.
No es resultado de una decisión que haya nacido de líderes, jefes, responsables de las organizaciones.
El cambio atraviesa a la organización y también a sus sujetos en todas sus dimensiones.
Algunas instancias de este cambio fueron inmediatas, sin tiempo para asimilarlo y menos diseñarlo.
Muchas organizaciones no estaban ni están preparadas para afrontarlo en su totalidad (desde el punto de vista logístico, estructural, mental, etc.).
Como todo proceso de cambio organizacional, éste supone una alteración en los equipos y los roles.
Quienes ocupan lugares de liderazgo formal deben no sólo tomar decisiones, sino en este caso, sostener, ante un escenario de extrema vertiginosidad.
¿Qué nuevas habilidades tendrán que desarrollar las y los líderes en este nuevo mundo? Éstas son sólo algunas:
1| Actitud: entendida como un estado, una disposición psicológica, que lleva a una persona a relacionarse de determinada manera, a ser como se espera que sea en determinado contexto. En este caso, la actitud de liderazgo es fundamental ya que impacta directamente en las expectativas, miedos, prejuicios, acciones del equipo.
2| Pensamiento crítico y creativo: la persona que detenta el rol de líder, jefe, gerente, etc. debe poder hacer lecturas e interpretaciones constantes sobre lo que acontece tanto en la organización como en los grupos que dirige. La vertiginosidad de los cambios requiere de personas que puedan analizar, indagar y desafiar sus propios pensamientos y las estereotipias que obstaculizan el aprendizaje.
3| Adaptabilidad: a los cambios, a las necesidades, a los escenarios, a las personas, a sus dinámicas. La adaptación activa a lo que está sucediendo, o a la interpretación de lo que sucede, por parte de quien lidera formalmente un equipo es fundamental para sostener sensaciones propias de los momentos de cambio o crisis como angustia e incertidumbre y que pueden generar a nivel organizacional situaciones conflictivas, cortocircuitos en la comunicación, etc.
4| Actualización: la incorporación de nuevos conocimientos debe ser constante, como parte de la actitud de liderazgo. Si pensamos en este contexto, el nuevo mundo demanda competencias digitales pero también otras inteligencias como la emocional.
5| Comunicación: la comunicación es una de las variables con las que se mide el éxito o fracaso del trabajo grupal y organizacional. En cualquier contexto, las personas que ejercen el liderazgo deben asegurar la fluidez comunicacional, y trabajar conscientemente la escucha activa para facilitar espacios productivos de conversación y comunicación.
6| Empatía: tan necesaria hoy, es la capacidad de entender las emociones de otra persona, y ponerse en su lugar. Implica apertura para escuchar, sensibilidad, consciencia para no juzgar.
7| Ser posibilitador: La o el líder debe poder posibilitar o facilitar espacios de conversación, de reflexión y de intercambio, que contengan las tensiones, y promuevan los vínculos y el aprendizaje.
8| Inclusión: el nuevo mundo no puede tener líderes exclusivos. Reconocer y abrazar la diversidad de los equipos, es generar espacios de escucha, y tomar decisiones pensando en su realidad cotidiana.
9| Innovación: entendida a nivel personal. Es necesario que las personas que lideran equipos atraviesen procesos de autoconocimiento para reforzar o reinventar modelos mentales, gestión de las emociones, forma de vincularse, el tipo de escucha, sus conversaciones, e incluso transformar puntos de vista que ya no sean funcionales a su rol y a su tarea.
10| Aprendizaje: el nuevo liderazgo requiere de personas que entiendan y valoren el poder del aprendizaje grupal, para incentivar esta transformación también a nivel organizacional. En este contexto de cambio, aprender a aprender, aprender de los vínculos, aprender de los errores, aprender para hacer, aprender para producir aprendizaje, se hace indispensable.
El mundo cambió para siempre y las personas también. Quienes lideran en las organizaciones tienen la enorme responsabilidad de estar a la altura de esta transformación.
*Nota publicada en la edición de Ambito Financiero y en ambito.com el viernes 23 de abril de 2021.