
¿Pensaste alguna vez cómo te afectan los juicios ajenos? ¿Y tus juicios a los demás? En nuestra vida cotidiana, en las conversaciones que mantenemos con otras personas, estamos constantemente intercambiando juicios. Recibimos y entregamos juicios, y a esto lo llamamos retroalimentación o feedback. Rafael Echeverría, el padre de la Ontología del Lenguaje, define al feedback como la práctica de entregar y recibir juicios, y dice que un equipo que no sabe intercambiar juicios críticos limita su aprendizaje, y difícilmente pueda aprender de sus errores e insuficiencias.
Para poder aprender a dar y recibir feedback, primero es necesario profundizar sobre estos conceptos para abordarlos con otra mirada.
¿Qué son los juicios? La concepción ontológica distingue entre afirmaciones y juicios. Las afirmaciones refieren a todo aquello que es comprobable. Si llueve o no llueve, a qué hora tuve una reunión, es fácilmente comprobable. "Juan tiene 27 años y trabaja en el área de Marketing", es una afirmación. En cambio, "Juan es irresponsable", es un juicio. Y esto se debe a que la "irresponsabilidad" de Juan depende de la interpretación de cada uno sobre qué es ser irresponsable o no. ¿Estás de acuerdo?
Entregar y recibir juicios críticos no es fácil, requiere de estar preparados. En general, si recibimos un juicio que consideramos "positivo", nos sentimos bien, admirados, halagados, pero si recibimos uno que consideramos "negativo", nos ponemos a la defensiva, o podemos sentirnos avergonzados u ofendidos.
Para estar preparados, es necesario aprender a conocernos más y tener la sensibilidad y la apertura para empatizar con el otro. Pero sobre todo, entender y recordar una frase que me encanta y que invito a guardar: El juicio vive en quien lo emite. No te apropies de los juicios ajenos, porque en definitiva, como te conté más arriba, los juicios vienen de las interpretaciones de cada uno sobre el mundo, sus inquietudes, sus experiencias, su propia historia, etc.
Existen prácticas que facilitan la retroalimentación o feedback. Lejos de callar un juicio crítico, lo importante es saber transmitirlo, porque al callar, el juicio no desaparece, sino que se manifiesta de otra forma, en general perjudicial para los vínculos y los equipos. "Juicios críticos que no son adecuadamente ventilados, ejercen un efecto tóxico en las relaciones y contaminan el desempeño de los individuos", dice Echeverría.
"El juicio vive en quien lo emite. No te apropies de los juicios ajenos, porque en definitiva, como te conté más arriba, los juicios vienen de las interpretaciones de cada uno sobre el mundo, sus inquietudes, sus experiencias, su propia historia".
Así que debajo, te doy (sólo) algunas competencias que podes empezar a practicar para el intercambio de juicios que te van a servir tanto en el ámbito personal como en el laboral:
5 Competencias para entregar juicios:
1. Preparar el entorno, el cuerpo y la emocionalidad: Tener la sensibilidad y la apertura para detectar si es el momento adecuado para uno y para el otro. Por ejemplo, si me percibo enojada, voy a elegir otro momento para entregar un juicio, porque seguramente voy a afectar a la otra persona y a la comunicación. De la misma manera, podemos percibir la emocionalidad del otro antes de empezar el feedback.
2. Crear contexto: antes de comenzar a conversar, es importante crear un contexto adecuado, en términos coloquiales "preparar el terreno". Por ejemplo, hablar primero sobre inquietudes, visiones y propósitos compartidos. Introducir al otro en lo que se va a conversar antes de lanzarse a hacerlo, es útil también. "Convoqué a esta reunión para conversar con vos sobre algunos juicios que tengo que me gustaría compartir".
3. No etiquetar: "Sos irresponsable", es un juicio y una forma de definir al otro a través de él. La utilización de tipo de "etiquetas" del otro va a generar en nuestro interlocutor un mecanismo de defensa, del que hablábamos antes. No queremos eso.
4. No generalizar, ni exagerar: Otra vez, cualquier frase que implique una generalización o exageración, va a comprometer la escucha y apertura de nuestro interlocutor. "Siempre llegas tarde", "Nunca haces lo que te pido" son ejemplos de generalizaciones. Evitar términos como "siempre", "nunca", "todo", etc.
5. Indagar: Además de entregar feedback, estamos conversando y parte de ese proceso, muy importante por cierto, es la escucha. Durante todo el proceso de entrega de juicios es necesario indagar el punto de vista del otro para verificar si nuestras interpretaciones de lo que sucede están fundamentadas o no. Esto habla de nuestra apertura y de la capacidad de desafiarNOS a nosotros mismos.
5 competencias para recibir juicios:
1. Preparar el cuerpo y la emocionalidad: Si alguien quiere entregarnos juicios críticos, es necesario percibir como estamos. Es conveniente estar centrado, relajado, a nivel corporal, y a nivel emocional, tranquilo y abierto a escuchar.
2. Reconocer que se trata de juicios y no de afirmaciones: Es importante recordar siempre que lo que estamos recibiendo son los juicios, que le pertenecen al otro. Ponernos en ese plano, hace más fácil el intercambio. No necesariamente tenemos que coincidir con lo que nos dicen aunque es importante reconocer su utilidad, porque los juicios del otro pueden permitirnos reflexionar sobre nuestras acciones o comportamientos.
3. Apertura para escuchar: Como dijimos antes, recibir juicios críticos puede generar mecanismos de defensa. Entonces, la recomendación es siempre estar alerta para que esto no suceda y mantener la capacidad de escucha en todo momento. Si esto sucede, siempre podemos pedir postergar esa conversación para otro momento.
4. Indagar y chequear la escucha:. Probablemente, no nos resulte claro lo que escuchemos, o no coincidamos. Entonces, es necesario indagar, para conocer más sobre lo que el otro quiere decirnos, sobre sus argumentos. Y muy probablemente, si empezamos a indagar, descubramos que los argumentos del otro son válidos, y esto, otra vez, significa una oportunidad de aprendizaje. Algunas preguntas para indagar: "A qué te referis con?" "Cuándo te parece que hice tal cosa?" También, es útil chequear la escucha, por ejemplo, parafraseando lo que nuestro interlocutor dice, para saber cómo estamos interpretando lo que el otro quiere decirnos. 5. Legitimar el punto de vista del otro: en general no lo hacemos cuando estamos recibiendo un juicio crítico. Para legitimar el punto de vista del otro, es importante distinguir entre entender lo que nos dice, y compartirlo. Puedo decirle: "Entiendo por qué me decis esto, aunque no estoy de acuerdo". Y luego, exponer nuestro punto de vista, y argumentos. La retroalimentación o feedback no implica estar de acuerdo con todo sino en poder intercambiar opiniones y abrir un espacio de diálogo, en el que podamos reconstruir un trasfondo compartido de inquietudes.
Hay más competencias que podemos practicar, pero te dejo esta inquietud: ¿Qué haces vos cuando entregas o recibis juicios? ¡Espero tu feedback!