top of page

Aprender a decir "no", otro camino hacia el bienestar



Por Sole Ytuarte


¿Alguna vez te pusiste a pensar que cuando decís que SÍ a algo que te piden, no te preguntan por qué, pero cuando decís No, hasta vos sentís la necesidad de justificarte? Es que aprendimos a que decir que No está mal, que tiene que ver con la resistencia, la rebeldía, la oposición, el disenso injustificado. Y en realidad, esa palabra, a veces vedada, es una de las declaraciones fundamentales de la vida, que puede abrirte o cerrarte posibilidades.


Decir que sí cuando en realidad queremos decir no, o aceptar hacer algo que no deseamos hacer, es no sólo afectar nuestra coherencia interna, nuestras emociones, incluso nuestra dignidad, sino impactar directamente en nuestros vínculos, ya que por un lado, nos estamos comprometiendo ante otra persona a realizar una acción que no deseamos, y por el ella, estamos faltando a nuestra verdad, sosteniendo una conversación privada muy distinta a la conversación pública con esa persona.


De hecho, decir No, en ciertos contextos y situaciones, te abre más posibilidades, porque se ponen sobre la mesa otras opciones, se abre el juego a nuevas alternativas. Si de proyectos u objetivos se trata, es tan importante saber qué camino queres emprender, como tener en claro cuál no queres tomar. Es ponerte a vos y a tus derechos en un lugar protagónico. Ojo, esto no es una invitación a negarte constantemente, sino a encontrar un equilibrio que te haga sentir bien.


¿Cómo empezar a decir no?


- En primer lugar, es importante que estés muy alerta a tus conversaciones privadas, a tus inquietudes, a tus emociones, para saber qué es lo que realmente queres en el momento indicado. Conciencia y auto confianza son las claves para empezar. ¿Qué te pasa cuando decís no? ¿Qué sentís? Muchas personas sienten culpa, otras, miedo a hacer daño, a no poder complacer. O miedo al qué dirán, a cómo la otra persona pueda reaccionar. ¿Qué te decís en ese momento? ¿Qué te decís después? En general, si decimos que sí cuando quisimos decir que no, también pueden aparecer sentimientos de tristeza o frustración. Pensá en situaciones del pasado en las que pudiste y no pudiste decir no, ¿cómo fue? Identificá esas emociones y las narrativas que las sustentan, para poder gestionarlas.


- Es también fundamental que estés muy presente en las conversaciones que sostenes con otras personas, con atención plena y escucha activa, para poder detectar esos momentos en los que es preferible escuchar y en todo caso repreguntar, antes de contestar con un Sí indeseado, del que te puedas arrepentir.


- Tomarte el tiempo para reflexionar antes de contestar vale para todas las conversaciones, sobre todo esas que consideramos difíciles. Respirá profundo, procesá lo que escuchaste, y formulá tu respuesta, de esta forma más consciente, más elaborada.


- En este sentido, podes pedir más tiempo para responder e incluso proponer alternativas al pedido inicial para llegar a un acuerdo.


- Sé amable. No hace falta decir No de una forma agresiva, o con enojo. Esto sucede cuando tenemos prejuicios o suposiciones sobre la conversación que sostenemos y sobre cómo reaccionará la otra persona. Por eso es importante, que cuando sostenemos conversaciones, nos despojemos de estos pre-conceptos, que lo único que hacen es entorpecer la comunicación.


- Entrena la comunicación asertiva. ¿Qué significa? Poder expresar tus opiniones, sentimientos, deseos, con claridad, gestionando tu emocionalidad, en el momento adecuado, y de una manera respetuosa de los derechos ajenos. Algo que puede serte de utilidad es pensar en cómo reaccionas vos ante un No asertivo de otra persona.


- Empezá con cosas pequeñas, cotidianas, para entrenar la forma en que lo decís, y conocerte más en ese momento para poder en el futuro utilizar este recurso en situaciones más comprometidas, como en el ámbito laboral.


Espero que te haya sido de utilidad este contenido. Cualquier consulta o sugerencia enviame tus comentarios!



soledad ytuarte logo (8).png
bottom of page