
Hace unas semanas escribí sobre la importancia de reflexionar sobre los logros propios, un ejercicio necesario también para poder celebrarlos y agradecer. Y¿quién se lleva las flores?
Primero vos. Toda esa lista de objetivos alcanzados, deseos cumplidos, trabajo realizado es gracias a vos. Y sí claro que seguramente hubo mucha gente que aportó desde su lugar para que todo esto pase. Muchos de esos objetivos hubieran sido inalcanzables si el proceso no hubiera sido compartido.
Aún así, no te olvides de vos. Conozco a muchas personas que sienten que tienen que dar explicaciones de cómo lograron lo que lograron, que sienten que no se lo merecen, o se les señala porque tuvieron “suerte”. Dejame decirte que la “suerte” no existe, o por lo menos para mi. Lo que sí existe es la perseverancia, la formación, la motivación, los desafíos que supiste abordar, las oportunidades que abrazaste, los aprendizajes a veces dolorosos, las horas de ponerle mente, cuerpo y emociones a un proyecto, todo lo que construiste que te trajo hasta este momento en el que estás celebrando esos logros deseados.
En este mundo que nos impone una productividad casi maniática, hoy te invito a que por un momento te detengas a saborearlos. ¡Y felicidades!